Por Franco Saito – Semana Económica
Las empresas de acabados y mejoramiento para el hogar buscan vías de escape frente a la inflación, la débil economía y una fuerte caída de la demanda.
La industria de acabados y mejoramiento para el hogar enfrenta un escenario desafiante en el Perú, luego de dos años de crecimiento. Tras el momento más álgido de la pandemia del Covid-19. los bonos y los retiros de AFP y CIS motivaron a las familias a construir o remodelar sus hogares. Ello le daría un fuerte impulso a la autoconstrucción durante el 2021 y 2022, un segmento que representa el 70% de las ventas del consumo de acabados.
Pero, pasado ese periodo de bonanza, ahora se registra una desaceleración pronunciada «en el número de proyectos [inmobiliarios]. debido a las altas tasas, por lo que hay una sobreoferta de acabados», comenta Álvaro puga, gerente general de Bengala Inmobiliaria. Esto estaría los precios a la baja y fomentando una competencia más agresiva en segmentos más masivos. «Se puede encontrar una mayor oferta en productos de menor ticket por un incremento en los participantes del mercado», señala Victor Silva, gerente divisional de mejoramiento del hogar de falabella.com
Hoy. las magras perspectivas de la economía nacional y la alta inflación han golpeado con especial fuerza el consumo de bienes duraderos. «La menor capacidad adquisitiva de la población acotó la capacidad de compra de bienes no esenciales y obras de mejoramiento de vivienda», resalta un informe de Scotiabank Y las grandes firmas del sector tampoco estuvieron libres de esta situación. Celima Trebol registró una caída de 1% en sus ingresos durante el IS23 y Casa Roselló apenas replicó los niveles del 2022. «Teníamos planificado un crecimiento a doble digito, [pero solo] alcanzamos un 5%. En particular. la venta al cliente final se ha contraído entre y 15% en el IS23», explica Henry Werthemeier. CEO de Pisopak.
Para sortear el temporal, las empresas apuestan por diversificar su oferta y sostener sus ventas. «Incrementamos nuestro portafolio para atender segmentos donde no participamos», cuenta Javier Martinelli. gerente general de Casa Roselló. Celima Trebol, por su parte, ahora atenderá a los segmentos A y B con productos de mayor gama.
A la par de la diversificación regional. las obras públicas vienen cobrando relevancia entre los jugadores del sector. «Hay un empuje adicional del gobierno para reactivar las obras. El crecimiento de [este segmento] se acerca al 20% y trabajamos en nuevos proyectos, que esperamos salgan en el 2S23», agrega Werthemeier.
Casa Roselló, por su lado. proyecta un mejor 2S23, debido a los nuevos contratos por las estaciones de la Línea 2 del Metro y los Colegios Bicentenario. Así, compensarían la caída del de la demanda del cliente final. Si antes las ventas se distribuían por igual, hoy el 60% provienen del lado corporativo y 40% del cliente final. según Martinelli. «Estamos fortaleciendo [el segmento] de obras institucionales con Techo propio, Mivivienda y hospitales. Al ser fabricantes, podemos cumplir con grandes lotes que los importadores no», agrega Nicolini. La firma proyecta repetir los mismos niveles de venta del 2022.